Los debates que la Asamblea de Madrid (España)
le ha hecho a la empresa Canal de Isabel II, y a su filial Inassa, han empezado
a desnudar la forma como se habrían apoderado de la Triple A de Barranquilla y
otras empresas.
En los últimos meses, la Asamblea de Madrid
(España) ha realizado ocho debates a la empresa Canal de Isabel II, que desde
hace más de 160 años se ha encargado de proveer y tratar el agua en esta
comunidad. Lo que más polémica ha generado entre los diputados de todos los
partidos son las inversiones que tiene en América Latina, en particular en
Colombia a través de la Triple A de Barranquilla, Metroagua de Santa Marta,
Asaa de Riohacha y Recaudos y Tributos.
En esos debates, a los
que asistió el director general de Canal y varios directivos antes de ser
despedidos o destituidos, se cuestiona cómo una empresa pública terminó
creando, al otro lado del océano, un grupo empresarial que se manejaba como si
fuera privado, en especial en el manejo de recursos. De hecho, el presidente de
Inassa para América Latina y Colombia, Edmundo Rodríguez Sobrino, prácticamente
fue destituido en medio de uno de esos debates.
Resulta que Rodríguez
apareció dentro de los Papeles de Panamá relacionado con tres sociedades
offshore con sede en Hong Kong, lo que no fue bien recibido en España, no solo
porque es la cabeza de Canal en Colombia y varios países de América Latina -a
través de la empresa Inassa- sino porque desde 2011 hacía parte del grupo
directivo de esa histórica empresa española. Se supo que a Rodríguez le
pidieron su renuncia, pero frente a su negativa, la presidenta de la Comunidad
de Madrid, Cristina Cifuentes, decidió retirarlo.
Dentro de los debates,
liderados por partidos como el PSOE, Podemos y Ciudadanos, les preguntaron a
varios directivos cómo se financió la operación en América, por qué a sus
usuarios –en su mayoría de escasos recursos– se les incrementaron los servicios
hasta en un 1.000 por ciento en la última década, y si era cierto que usaban
medidas de fuerza para cobrar la factura. El presidente del Consejo de
Administración, Ángel Garrido García, manifestó que Canal de Isabel II no
financió esas inversiones sino, que las mismas filiales lo hicieron a partir de
los fondos recaudados en cada uno de los países. Y que entre 2002 y 2015 sus
filiales generaron utilidades por más de 62 millones de euros, en su mayoría
provenientes de Colombia.
“Nuestras filiales se
limitan a realizar pequeñas inversiones, debido a que el grupo actúa como un
simple operador de redes construidas y financiadas por el Estado o por las
administraciones locales o departamentales”. El mismo Edmundo Rodríguez
Sobrino, quien compareció en esa comisión, manifestó que la manera de obtener
las concesiones en América Latina era a través de las buenas relaciones con los
alcaldes y gobernadores de ciertas provincias, quienes facilitan al holding
acceder a las concesiones. En otras palabras, compraron las empresas con la
cédula, las fortalecieron con la misma plata de los usuarios y, además, les
habrían sacado millonarias utilidades no solo para el grupo, sino para
directivos y políticos españoles, especialmente del PP.
Lo sorprendente de
estos debates es que prácticamente pasaron desapercibidos en Colombia, a pesar
de que Inassa es el principal accionista de la Triple A de Barranquilla, que
factura más de 650.000 millones de pesos, tiene el 37 por ciento de Metroagua
de Santa Marta y de Asaa de Riohacha, entre otras empresas y actividades. Como
se recuerda, Inassa fue constituida en 1996 en Barranquilla por Aguas de
Barcelona, que en ese momento había sido contratada como socia operadora de la
Empresa de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de la ciudad. Al llegar, adquirió
el 13 por ciento de las acciones. En 2002, cuando se había expandido en varios
países, Inassa fue adquirida por Canal de Isabel II a través de Canal Extensia,
una filial creada para expandirse en América Latina. Colombia fue la cabeza de
playa de esa operación.
A partir de ese
momento, y a través de unas cuestionadas operaciones de disminución de capital,
revalorización del patrimonio o emisión de nuevas acciones de la Triple A,
Inassa fue aumentando su participación en detrimento de Barranquilla, que
terminó con los años con solo el 13 por ciento de la propiedad. La única
explicación que el Distrito ha dado es que cada vez que había que hacer
inversiones o se emitían acciones, Inassa aumentaba su participación porque
Barranquilla no tenía cómo capitalizar. Sin embargo, lo que ahora está al
descubierto es que lo habría hecho con dineros de la propia empresa.
En 2002, Inassa pasó de
tener un capital de 20.000 millones a 100.000 millones de pesos, a través de un
incremento del valor de las acciones, pero en el acta registrada en la notaría
no se demostró cómo ocurrió ese aumento.
Después, en operaciones similares,
como las ocurridas en 2006 y 2012, Inassa también hizo complicadas operaciones
que finalmente le permitieron quedarse con más participación de la Triple A, al
parecer sin poner un peso. El cerebro, o por lo menos quien tiene el secreto de
cómo una empresa española terminó haciendo un emporio sin poner un solo peso,
es Rodríguez Sobrino. Incluso, las utilidades de la Triple A y de otras
empresas en Colombia terminaron financiando la adquisición de nuevas filiales.
Sin embargo, las
autoridades de la ciudad y del gobierno nacional, que han invertido millonarios
subsidios y recursos a través de esa empresa para mejorar los servicios
públicos, o los organismos de control, nunca han investigado lo ocurrido.
Fuentes cercanas de la Triple A y del distrito de Barranquilla dijeron que el
ruido en el que está la empresa y sus directivos es un coletazo del pulso
político que se libra entre los cuatro partidos españoles.
A raíz de la
destitución de Rodríguez Sobrino, el periódico El Confidencial reveló hace
pocos días que el gerente de ‘la Joya del Canal’, refiriéndose a la Triple A,
Ramón Navarro Pereira, también podría ser destituido por presidir otra sociedad
offshore con sede en las Islas Vírgenes, que también salió a relucir en los
Papeles de Panamá. En una breve declaración a SEMANA, Navarro Pereira manifestó
que “esa empresa está legalmente constituida y declarada ante las autoridades
colombianas y en ningún caso interfiere ni genera conflicto de intereses con
mis responsabilidades profesionales en la empresa donde trabajo. Y sobre el
rumor de mi salida, no he sido notificado y no le encuentro justificación a esa
posibilidad”.
La portavoz del PSOE,
Mercedes Gallizo, quien ha liderado los debates en Madrid, manifestó que su
partido va a solicitar la comparecencia de los directivos de las 21 sociedades
que controla el Holding Canal Extensia a través de Inassa en América Latina
“para que den detalles acerca de cómo se conformaron, cómo se contrata, qué
retribuciones tienen, quién controla sus cuentas y si se han hecho pagos a
personas, funcionarios o exfuncionarios por obtener ciertos beneficios”. No es
la primera vez que Inassa es cuestionada por la forma como opera en Colombia.
La diferencia está en que por primera vez los documentos y testimonios de todo
lo que se ha hecho están saliendo a la luz pública. Algo que debería también
hacerse en el país, por lo menos para saber si las empresas públicas de varias
ciudades del Caribe fueron adquiridas por una empresa foránea con plata real,
proveniente de España o de una entidad financiera, o si el dinero salió del
bolsillo de cientos de miles de personas, en su mayoría de escasos recursos.
Las
bolsas de basura. Uno de los episodios más sonados alrededor de Canal de Isabel
II, desde que se encuentra en manos del Partido Popular hace 15 años, tiene que
ver con su anterior presidente Ignacio González González, a quien en enero de
2009 siguieron hasta Cartagena unos investigadores y lo encontraron ingresando
a una casa en la ciudad colonial cargando unas bolsas. Lo acompañaban dos
directivos, Ildefonso de Miguel, quien ya se retiró de la empresa, y el
recientemente destituido presidente de Inassa, Edmundo Rodríguez Sobrino.
Se especula que las
bolsas estaban llenas de dinero y se habla del reparto de comisiones para los
directivos de Canal de Isabel II, que habrían salido de las arcas de las
filiales latinoamericanas de la compañía.
Los mencionados en el escándalo Canal de Isabel II – Triple A
Los mencionados en el escándalo Canal de Isabel II – Triple A
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